La Casa de Cadenas - Libro IV: La Casa de Cadenas (Parte I) - Mis Vidas de Papel

La Casa de Cadenas - Libro IV: La Casa de Cadenas (Parte I)

Capítulo Dieciocho

ESCENA UNO

Felisin recuerda a Tavore jugando con los soldados de hueso de su hermano, recreando la batalla del ejército de Unta derrotando la rebelión de la casa K'azz D'Avore. Tavore había asumido el papel de D'Avore e intentaba de todas las formas posibles la victoria, aunque los informes militares pensaban que era imposible. Felisin nunca supo si Tavore tuvo éxito. Recuerda a Tavore nunca jugando como un niño, buscando permanecer a la sombra de su hermano y cuando Ganoes fue a estudiar, se convirtió en su sombra obsesionada.

ESCENA DOS

Sha'ik mira hacia el borde de la ciudad en ruinas, donde hubo un puerto y ahora se levantan los restos de islas de coral. Allí su ejército esperará al decimocuarto, según plantea Dom. Piensa que Tavore jugará de nuevo el papel de D'Avore. Mathok es su protector ahora que Karsa y Leoman se han ido, aunque no cree que lo necesite por Tavore ya que la diosa Torbellino no podría ser atravesada sin ser detectado, aunque usen una senda, ya que la propia barrera define una senda. Un fragmento usurpado que ya es un todo en sí mismo. Y su poder crece hasta que un día exigirá su lugar en la Baraja de Dragones. Al igual que con la Casa de Cadenas, una nueva Casa, del Torbellino, qlimentada por la sangre derramada de un ejército muerto. Imagina a Tavore rendida ante ella en rendición, derrotada. Se pregunta si revelará en ese momento su cara, pues han tomado esa guerra para su propio apocalipsis privado y en ese momento el mundo de Tavore se derrumbará y entenderá lo que ella ha hecho y por qué. El peor castigo, la supervivencia de Tavore. A ella se une L'oric, de quien sabe que no es un simple hombre mortal, pues es capaz de esconderse de ella y de la diosa. Comenta que Heboric sigue en su tienda y se niega a ver a nadie. Sha’ik pregunta y L’oric dice que el viejo se aflige por su sacrificio (de ella), lo que encuentra extraño ya que nunca fue de su agrado ni como Felisin. Pregunta qué sacrificio en particular y L'oric dice que tendrá que preguntarle a él. Cambian a lo feliz que está Korbolo Dom con el lugar de la batalla. L'oric replica Dom cree que Tavore es estúpida y que no se puede confiar en un comandante que quiere una masacre en vez de una victoria Sha'ik sostiene que la masacre lleva a la victoria, un error que ya Leoman hace tiempo señaló, pues la victoria precede a la masacre, no al revés. Ella replica que ni Leoman ni él plantearon objeciones. L’oric dice que Dom no debate y hablan de la doctrina militar malazana y los buenos oficiales, que son hierro frío, líderes en la tienda de mando, algo que ha prostituido la nobleza malazana, pero que persiste en hombres como Dujek, Coltaine, Nok… A L'oric le preocupa no saber qué tipo de hierro es Tavore. Mathok se une y dice que Korbolo Dom es hierro caliente, como ella y desea que el corazón de Tavore se llene de venganza (hierro caliente), pues el hierro frío suele vencer. Sha'ik señala que Coltaine perdió contra Dom sin embargo, pero Mathok replica que ellos tuvieron nueve batallas importantes y Dom ganó sólo una vez, con ayuda de Reloe y el poder de Mael canalizado a través Mallick Rel. Viendo el pánico de Sha'ik, L'oric pregunta si ella conoce a Tavore, y si es hierro frío. Sha’ik asiente. L'oric pregunta a Mathok quien entre los rebeldes es el hierro frío. Mathok responde que Karsa puede ser frío o caliente y Leoman es hierro frío.

ESCENA TRES

Corabb Tehnu'alas (lugarteniente de Leoman)  y Leoman observan a los jinetes de avanzadilla del decimocuarto. Planean atacar esa noche desobedeciendo las órdenes de Sha'ik.

ESCENA CUATRO

L'oric se dirige a la arboleda de Karsa sorprendido por encontrar a Sha'ik tan mal preparada. Se esperaba un interrogatorio sobre Felisin y los actos de Bidithal y se enfurece al pensar que quizás ella sabía lo que pasaba. Siente que el bosque está investido y espera que sea un punto ciego para la diosa. Piensa que Sha'ik está cegada por su obsesión creciente con Tavore, un miedo que le hace pensar que ella conoce bien a Tavore. Encuentra a Felisin oculta en el bosque y pregunta si Sha'ik preguntó por ella. L'oric niega y Felisin responde que ella sabe que Bidithal está cerca de descubrir a los conspiradores, que lo necesitan y por eso no actúa contra él. L'oric se pregunta si eso es así y Felisin responque que eso significa que la Diosa del Torbellino ha robado el amor de su alma que Sha'ik renacida no es la misma que Sha’ik la Mayor, cosa que L’oric, Leoman y Karsa saben. L'oric replica que la diosa la eligió. Felisin no está de acuerdo, diciendo que Sha'ik la Mayor sabía la verdad de su diosa, que eran su herramienta para lograr sus deseos y sus vidas no significan nada para la diosa. Continúa diciendo que Sha'ik renacida parecía diferente, pero parece que la diosa es demasiado fuerte. Todos en el campamento beben del mismo  veneno: Bidithal su culto, Heboric,  Korbolo Dom, antes un soldado de renombre, el Toblakai, que perdió a su pueblo. Todos hijos del Imperio una vez que rechazaron a la Emperatriz por una diosa loca que sólo sueña con la destrucción.  L'oric revela con su silencio su carga: Osric. Felisin dice que sólo queda Leoman, la última esperanza. Cae la noche y L'oric mira las dos tallas de Toblakai, caras de t'lan Imass, a los que Karsa consideraba sus dioses. L'oric comenta que Karsa no es un simple guerrero y Felisin replica que igual que él no es sólo un mago supremo y le insta a actuar pronto, antes de que alguien elija por él. L’oric dice que lo mismo se puede decir de ella.

ESCENA CINCO

Sha'ik intenta entrar en la tienda de Heboric, peo es rechazada por un fuerte poder. Al final entra y siente una ausencia repentina, una luz donde sólo había penumbra, una luz… libre. Ella pregunta qué hace y Heboric responde que la diosa de su interior no está permitida en su templo. La diosa deja un vacío en la mente de Sha’ik que recuerda su pasado con Beneth, que acogió una niña y forjó una esclava para un mundo retorcido y brutal. Heboric expulsa a la diosa de su alma y dice que ha erigido en su tienda un templo a Treach; sus tatuajes son diferentes y sus ojos tienen rasgos de gato. Él la llama Sha'ik, pero ella reniega: soy Felisin Paran de la Casa Paran, Sha'ik la espera fuera de esa tienda. Heboric pregunta si quiere volver a la diosa y ella responde que no tiene opción. De repente se acuerda de Felisin la Menor, a quien no ha visto en semanas y pregunta dónde está. Ella ve algo que le asusta en los ojos de Heboric y pregunta qué sabe, pero él la interrumpe y la saca al exterior, diciéndole que debe pensar en Tavore, los planes secretos de Febryl y que confíe en Bidithal. Fuera vuelve a ser  Sha'ik y piensa en lo que Heboric le dijo y regresa al palacio. Heboric se dirige al bosque de Karsa.

ESCENA SEIS

Bidithal piensa en Febryl, en cómo los traidores pueden ser traicionados. Cree que Febryl y los conspiradores quieren la senda para ellos, aunque no sabe por qué. Sha'ik quiere que lo averigüe y planea como hacerlo, aunque tiene otras metas, incluida la venganza sobre los pretendientes extranjeros al Trono de Sombra. Siente esa presencia acercándose: Rashan y Meanas, Meanas y Thyr. Thyr y Rashan. Los tres hijos de las sendas ancestrales: Galain, Emurlahn y Thyrllan, enfrantadas de nuevo, pues los hijos heredan los rencores de sus padres. Pero él no había entendido la verdad de lo que había debajo de la senda del Torbellino, la razón por la cual permanecía en ese lugar y no en otro. No había comprendido que las viejas batallas nunca muren, sino que quedan dormidas. Habla a las sombras, preguntando si recuerdan la oscuridad. Su prole afirma. Siente que “eso” se está acercando y se pregunta qué harán cuando finalmente lleguen.

ESCENA SIETE

Dom está en su tienda con once asesinos de los Mataperros, la flecha de uno de ellos mató a Sormo E'nath. Dom les dice que Reloe ha elegido algunos de ellos para una tarea singular que desencadenará una serie de acontecimientos; el resto tendrán otros trabajos. Habla con un nervioso Reloe en latienda, burlándose de su ansiedad. Dom no cree que deban temer ni a Sha'ik, pues su diosa devora su agudeza y no es consciente de lo que pasa allí realmente. La diosa no les tiene en cuenta, L'oric es todo postura y nada más, Heboric está drogado, Leoman y Karsa no están y se encargará de ellos si vuelven y Febryl piensa que tiene a Bidithal en su redil, esclavo de sus vicios. A Reloe no le preocupan ellos, si no aquellos que la diosa puede dejar pasar si sospecha de su complot. Dom descarta la idea, pues la diosa no se arriesgaría a dejar entrar a una Garra, por no poder predecir sus objetivos. Reloe sospecha que la Garra pueda hacer una oferta a la diosa (a través de Topper) para que lo maten a él, Dom y Febryl, el mayor peligro para el ejército del Imperio, pero Dom no cree que la diosa escuche ninguna oferta que no sea arrodillarse a su voluntad. Reloe sigue preocupado.

ESCENA OCHO

La consorte de Korbolo, Scillara, trabaja para Bidithal. El durhang y la ablación le permiten no sentir nada con Dom. Cuando Dom duerme, por las gotas que pone en su vino, sale de la tienda a vomitar. Piensa en su recompensa final, un nuevo mundo de felicidad más allá de la muerte. Se acuerda de su madre en el campamento del regimiento Ashok, y cómo enfermó y murió después de que el regimiento fue enviado a ultramar. Ve a una niña, uno de los muchos huérfanos que malviven en la basura del campamento y le da un mensaje para Bidithal. También unas monedas para comida, aunque ambas saben que eso enojará a Bidithal.

ESCENA NUEVE

Heboric llega al bosque y ve a Felisin y L'oric. La herida de Felisin ha curado, pero no oculta la verdad de lo sucedido. Decide ocultarse para que no le disuadan de su idea, que es matar a Bidithal, aunque le preocupa que su nuevo papel como Destriant de Treach complique las cosas si atacaba a un sacerdote de un templo dedicado a Sombra. Decide esperar una mejor oportunidad y mantener su nuevo papel en secreto. Ve a una niña cazando rhizanos y se aleja de ella sin que lo vea. La chica se da la vuelta después de que se vaya y dice: un hombre raro, ¿recuerdas la oscuridad?

ESCENA DIEZ

Leoman y doscientos guerreros atacan el campamento Malazano empleando bolas incendiarias. Los Malazanos se reagrupan y Corabb está a punto de ser atravesado por una docena de virotes pero al final logra escapar ante la mirada atónita de los soldados.

ESCENA ONCE

Leoman y sus hombres se reúnen y les dice que ataque real está a punto de comenzar contra los jinetes malazanos que los persiguen, tal y como planeó.

ESCENA DOCE

Febryl observa el amanecer, pensando cómo la diosa devora la voluntad de sobrevivir de sus servidores. Recuerda que Sha'ik renacida podía penetrar en su mente y conocer sus secretos, pero ahora ya no puede atravesar sus defensas, aunque se pregunta si Sha'ik es indiferente y realmente conoce sus planes. Él confía en Reloe, pues tiene razones para ser leal a la traición ya que aseguraba la supervivencia de Reloe. Y en cuanto a los matices concernientes al propio Febryl no eran asuntos de Kamist Reloe. Quiere mantener las cosas simples. Sha'ik llega y le dice que aunque su diosa está consumida por la ira, y consume a su vez, pero esa pérdida para alimentar su hambre es una analogía completamente diferente. La diosa no se alimenta de la energía de sus seguidores, sino que la atrapa. Luego le advierte veladamente que uno tendría que haber nacido en el desierto, o poseer poderosa brujería para desafiar eso…, o tener sombras muy profundas. Febryl se da cuenta de que su simpleza es un error y que es demasiado tarde para cambiarlo.

Capítulo diecinueve

ESCENA UNO

Gamet observa a Tavore entre los restos de los seti aniquilados por el grupo de Leoman la noche anterior; más de 300 murieron en la emboscada. Sólo la disciplina de los wickanos permitió que no se atacara la recua de aprovisionamiento y Leoman se retiró antes de verse atrapado en una batalla campal. Tavore vuelve e informa que Leoman ha dejado muchos heridos, para retrasarlos. Mejor heridos que muertos piensa Tavore. Gamet se pregunta por qué Sha'ik no envió antes a Leoman a acosarlos, lo que le habría hecho ganar otro mes y enfrentarse a un enemigo mucho más débil. Ambos se preguntan si hay brechas entre su enemigo y Leoman actúa por su cuenta. Tavore ordena que los infantes de marina salgan esta noche, emulando una batalla de Dassem Ultor. Gamet asiente pero insiste en estar al frente él mismo.

ESCENA DOS

Cuerdas organiza una batalla de escorpiones en el campamento para distraerlos de la masacre. Su grupo le dicen que saben que es Violín, pero mantendrán el secreto. Gamet, Keneb y Ranal llegan y se llevan a Sepia, Violín, Gesler y Tormenta para responder (como Dassem) al ataque de Leoman.

ESCENA TRES

Empieza la batalla entre los tres escorpiones. Dichosa Unión (el escorpión de Botella) levanta la cola y se divide en dos escorpiones pequeños pero feroces y rápido que matan a los otros en un santiamén. Sepia le dice a Violín que son ricos. Violín explica que van a convertirse en su propia Dichosa Unión preparando la respuesta a Leoman.

ESCENA CUATRO

Violín comienza a desempaquetar municiones y su ballesta y le dice a los demás que es el momento.

ESCENA CINCO

Gamet le dice a Tavore que partirán  en unos minutos. Ella pregunta a Nada y Menos si han hecho sus rituales como ordenó. Nada responde que han hablado con los espíritus, pero debido a sus poderes debilitados no pueden obligarlos. Menos señala que los espíritus de esa tierra están agitados pues algo sucede. Gamet se va, sabe que esa noche será la primera prueba real de su liderazgo y duda de su capacidad, deseando haberse retirado y no haber claudicado a los deseos de Tavore.

ESCENA SEIS

Corabb espera agazapado con 800 rebeldes preocupado por la vacilación de Leoman. Leoman habla de  Lassen, señora de la Garra, y los grandes líderes de su ejército imperial: Dujek, Nok...  y eligió a Tavore personalmente. Corabb replica que ninguno de ellos está allí y también eligió mal: Pormqual, Dom, apartar a Whiskeyjack, el rumor del asesinato de Dassem Ultor, así que comete errore. Ordena a sus hombres avanzar y Corabb espera que los espíritus le sonrían esa noche.

ESCENA SIETE

El pelotón de Borduke cava trincheras en una colina, mientras otro grupo hacía lo mismo en otra colina. Violín se molesta por su torpeza y el ruido que están haciendo.

ESCENA OCHO

Leoman observa a los soldados cavar, contento de su torpeza y de que se hayan colocado demasiado lejos para poder apoyarse en caso de necesidad. Corabb espera la señal.

ESCENA NUEVE

Gamet está en el campamento vacio, sus físicos y sanadores preparados, pues es posible que Leoman no acepte la invitación de Tavore.

ESCENA DIEZ

Los rebeldes atacan las colinas y empiezan a llover flechas de los lados. Corabb ve una de ellas golpear un yelmo malazano que sale disparado sin proteger cabeza alguna. Entonces los marines se levantan y las municiones comienzan a explotar.

ESCENA ONCE

Los rebeldes caen en la trampa. Dos de cada tres pelotones se habían escondido en los túmulos una campanada antes y atacan por la retaguardia a los rebeldes. Violín lanza un maldito sobre un risco, haciendo saltar un grupo de rebeldes que quería rodearlos, pero un grupo de guerreros aparece en el risco. Violín ordena retirarse a los suyos.

Corabb se arrastra entre los cadáveres de sus compañeros. Corre hacia un grupo de marines y es herido y termina en el suelo. Un malazanos deja una bola humeante de barro en su regazo. Corabb coge un yelmo y lo coloca sobre la munición y él encima.

Sepia y Violín  ven salir disparado a Corabb por la explosión. Luego cae al suelo y sale huyendo.

ESCENA DOCE

Gamet se dirige aturdido hacia una posición sitiada de malazanos, oye a alguien que le pide que salga de allí, pero se siente perdido entre los gritos de los moribundos, las llamas y hombres muriendo por todos lados. Siente que él ha fallado, todo el plan ha fallado. Lo rodean y está a punto de morir cuando una munición explota, matando a sus enemigos y tirándole del  caballo. Gesler y Pella lo ayudan y mientras mira al joven Pella su mente se aclara: son demasiado jóvenes para esto, es la guerra de Laseen, que luche ella. Piensa en Tavore, que fue niña antes de que la emperatriz matara a ese niño. Quiere decírselo a Tavore.

ESCENA QUINCE

Sepia y Violín llegan al campamento hablando de la supervivencia de Corabb. Gesler se une a ellos y les cuenta que hubo un desbordamiento, que la mayoría de los malazanos podrían haber salido, pero sólo cuatro de tres pelotones lo hizo, aunque pudo haber sido peor. Violín reúne a los suyos para analizar lo que hicieron mal en el ataque.


ESCENA DIECISÉIS

Tavore entra cuando un sanador termina con Gamet. Él asume que está allí para relevarlo del mando. Ella replica que fue una tontería ponerse en riesgo, pero no una razón para relevarlo. Le pesan las vidas perdidas, pero Tavore responde que toda batalla cuesta vidas, es la carga del mando. Gamet dice que descubrió esa noche que no es un soldado, ni tampoco un puño. Ella asiente y dice que, ya que está herido, ascenderá a Keneb.

ESCENA DIECISIETE

Corabb se une a Leoman tras la batalla, diciéndole que tenía razón: la emperatriz eligió sabiamente. Corabb maldice a los infantes de marina y a sus municiones, pues marcan la diferencia. Leoman ordena enviar un mensajero a Sha'ik diciendo que continuarán asaltando al ejército para encontrar el patrón de Tavore y regresará tres días antes de que lleguen. También explica que no tiene fe en la estrategia de Dom o sus tácticas, aunque sabe que Sha'ik no lo escuchará.


Capítulo Veinte

ESCENA UNO

Azafrán observa a Apsalar moverse por la carnicería dejada por Danzante en los barcos Edur. Cree conveniente aprender a usar el arco y los cuchillos largos. Apsalar le dice que la brujería de los barcos es extraña, Kurald Emurlahn contaminada por necromancia. Magia de vida y muerte tallada directamente en la madera, como si los brujos y las cargadoras la hubieran consagrado. El barco es como un templo y la sangre derramada no lo ha profanado y Apsalar se pregunta si incluso las sendas pueden hundirse en la barbarie. Sugiere que las sendas humanas son denigraciones de las sendas ancestrales y replica que incluso la sangre se pudre, lo que Azafrán no entiende. Mientras se preparan para irse, Azafrán ve a Viajero junto a los supervivientes malazanos y Tiste Andii. Apsalar comenta que ellos se apoderarán del dromon Edur. Azafrán pregunta sobre la protección del trono y ella responde que hay demonios de Sombra en la isla, aparentemente enviado por Danzante.

Azafrán pregunta por qué Danzante no se lleva Trono al reino de Sombra, Apsalar contesta que Rake, cuando envió a los suyos a protegerlo, tejió brujería para impedir que se moviera. Azafrán replica que Tronosombrío sólo tiene que sentarse en él. Apsalar replica con ironía: asegurando que nadie más reclame su poder o la posición de rey de la Casa de Sombra, a menos que lo maten primero claro. Eso es lo que hizo una vez el emperador Kellanved: reclamar el primer trono, el trono de los T'lan Imass. Afortunadamente, termina, ha mostrado poco interés en hacer uso de su papel como emperador de los T'lan Imass. Azafrán divaga: ¿para qué molestarse? De esa manera él niega la posibilidad de que alguien más encuentre y tome el trono, y al no usarlo se asegura que nadie se da cuenta de que lo tiene. Apsalar admite que no había pensado en eso y que tiene sentido pues desvelar el poder invita a la convergencia. Le parece que Tronosombrío ha aprendido de su residencia en la Casa de Muerte; una táctica Azath, donde la negación desarma. Azafrán bromea diciendo que Tronosombrio se plantaría en cada trono a la vista sin usar para nada su poder. Se dan cuenta entonces de que de esa manera los juegos de los dioses se verían restringidos: el gran plan de Tronosombrío para lograr la dominación absoluta.

Azafrán piensa que es una locura, pero Apsalar le explica que Danzante y Tronosombrío desaparecieron durante dos años del Imperio, dejándolo en manos de Torva y, aunque sus recuerdos son vagos, ella sabe que ambos hombres fueron cambiados por lo que les sucedió No sólo la partida por el reino de Sombra, sin duda su deseo principal; pero otros misterios se descubrieron, pues una cosa se sabe con certeza y es que durante la mayor parte de ese tiempo, Danzante y Kellanved no estaban en este reino. Pistas que serpenteaban por todas las sendas e incluso llegaban a reinos donde ni siquiera las sendas conocidas pueden llegar; algo relacionado con las Casas del Azath. Torva conspiraba contra ellos y sin embargo volvieron, lo que para Apsalar significa que lo utilizaron para sus planes: los asesinatos fracasaron. Se preguntan con qué fin. Piensan que al dejar a Torva en el trono de Malaz, se despojó a Kellanved su sede secular de poder y si Kellanved y Danzante habían recuperado con éxito el trono imperial y al mismo tiempo habían tomado el reino de Sombras nacería un imperio que abarcaría dos sendas, un imperio de Sombra, algo que los dioses no habrían permitido; ascendientes de todo tipo habrían convergido en el Imperio de Malazan para destruirlos. Apsalar está de acuerdo, pues los dos hombres aún no habían consolidado su poder en el reino de Sombra, por lo que no hubiesen podido resistir un ataque. Azafrán continúa: orquestaron sus propias muertes y mantuvieron su identidad como nuevos gobernantes de Sombra en secreto durante el tiempo que pudieron para sentar las bases y reanudar su gran plan.

Él se siente confuso pero Apsalar replica que Cotillón le reclutó para ocuparse del verdadero Trono de Sombra en Deriva Avalii, con un resultado muy ventajoso para él y Tronosombrío. Darist muerto, la espada Venganza en manos de un vagabundo de oscuro destino. La expedición Edur eliminada, el secreto resucitado y no violado durante algún tiempo, algo en lo que Cotillion no quería intervenir directamente, aunque no le salió del todo bien. Comentan que Danzante se asustó cuando el mago Edur rechazó al mastín Ciega, lo que le enseñó que no puede contar con los mastines en un enfrentamiento con los Edur, pues recuerdan a sus amos originales. De repente llega la oscuridad y son rodeados por sombras.

ESCENA DOS

Trull y Onrack siguen a los renegados. Onrack siente indicios de caos, de sendas desconocidas. Piensa que hay un invocahuesos y con ellos cree que es Kilava. También que pertenecen a los Logros t’lan imass, pues están en Siete Ciudades, el lugar de nacimiento del Primer Imperio, con el fin de recuperar sus armas y proteger su tierra natal. Le pregunta a Trull qué sabe de los Sin Nombre sin obtener respuesta. Onrack dice que Logros ordenó sacar el Primer Trono de allí porque los Sin Nombre estaban cerca de encontrar su ubicación y sabía que los T'lan Imass tendrían que inclinarse ante el primer mortal que lo ocupara. Trull pregunta por qué Logros no quería y Onrack replica que los Sin Nombre sirven a las Casas del Azath y si un sacerdote del culto hubiera tomado el Primer Trono, su mandato para los T'lan Imass sería el encarcelamiento eterno, eliminados de este mundo. Agrega que el trono se llevó a un continente al sur de Siete Ciudades donde lo encontró Kellanved. Trull comenta que eso explica cómo el Imperio de Malaz se hizo tan poderoso, aunque Onrack replica que Kellanved explotó sus habilidades de forma modesta y que no sirven a la nueva emperatriz.

Trull pregunta por qué Laseen no se sienta en el trono y Onrack responde que lo haría si supiera dónde está. Trull apunta que los T'lan Imass son libres de nuevo, pero Onrack dice que Kellanved fue residente de una Casa de Azath por un tiempo lo que implica que puede que fuera uno de ellos o haber estado en contacto con ellos. Trull pregunta por qué Kellanved no dio la orden que tanto temían y cómo encontró el Primer Trono, preguntas sin respuesta. Onrack sospecha que algunos de los renegados saben dónde está el primer trono. Trull comenta que otros T'lan Imass probablemente lo han descubierto, pero Onrack tiene una sensación de libertad del voto, una liberación del pensamiento que le hace entender esto. Quiere esperar a Monok Ochem e Ibra Gholan y decírselo, cosa que preocupa a Trull, puesa a Monok Ochem probablemente no le guste lo que hizo Onrack para repararse y amenaza con ordenarle que no los espere. Onrack señala que los renegados sirven al mismo amo que los edur y quieren a un edur en el Primer Trono, que dominará a todos los T'lan Imass y se pregunta si será tan modesto al usar ese ejército como lo fue Kellanved. Trull asiente y pregunta por qué los T'lan Imass no se sientan en el trono. Onrack replica que debe ser un mortal y no pueden confiar en ninguno, aunque ha surgido un nuevo invocahuesos mortal en una tierra lejana y ha convocado a todos los T'lan Imass. Trull pregunta si éso es lo que quieren y Onrack responde que quieren ser liberados de la existencia, algo que los que han escapado del voto quizás no compartan, como él mismo y por eso ese incovahuesos está en grave peligro, aunque está protegida. Trull pregunta si se puede resistir a su llamada y Onrack responde que es libre de elegir. Monok y Ibra Gholan aparecen y Trull les dice que escuchen a Onrack antes de hacer nada.

Onrack le explica el pan edur y se ofrece a ayudarlos para evitarlo. Monok accede. Onrack pregunta si el Trono está protegido y Monok dice que no hay T'lan Imass en Quon Tali, pues eso era imprevisible y el ejército de Logros está en Siete Ciudades. Onrack se sorprende y pregunta por qué Logros no ha marchado en respuesta a la llamada. Monok dice que Logros envió representantes pero se quedó en Siete Ciudades en previsión de una necesidad inminente, y que ellos cuatro son los más próximos a los renegados. Trull quiere armas e Ibra pregunta por qué no cogió una de las cavernas. Trull responde que no es un ladrón, lo que agrada a Ibra. Monok dice que el invohauesos renegado es Tenag Illbaie, probablemente bajo un nombre diferente, un invocahuesos leal hasta que falló contra los Forkrul Assail en las guerras de Laederon. Onrack replica que los imass han fallado al confundir fracaso con deslealtad. Tenag Illbaie se esforzó por tener éxito en su tarea y su derrota no fue casual, pues nunca han triunfado en un choque con Forkrul Assail. Tenag Illbaie estaba condenado y aceptó las órdenes, sabiendo que sería destruido y condenado. Los renegados los crean los propios t’lan imass. Ibra dice deben ocuparse de ellos pero calla cuando cuando Onrack pregunta qué pasará si fallan. Se preparan para entrar en la senda de Tellann y Monok pregunta por el resto del cuerpo que Onrack ha usado. Onrack dice que se lo han llevado y que no sabe quién lo destruyó aunque lo hizo de un solo golpe.

ESCENA TRES

Lostara conduce a Perla por las colinas a donde mataron a Sha'ik. Perla piensa que las cosas hubiesen sido diferentes si las Espadas Rojas hubiesen regresado con la cabeza de Sha'ik: no estarían allí, Felisin Paran no habría necesitado cruzar Siete Ciudades para evitar el asesinato a manos de rebeldes locos, Coltaine estaría vivo, evitando todo conato de rebelión, Pormqual ante la emperatriz para dar cuenta de su incompetencia y corrupción. Todo a causa de Karsa. 

Llegan al lugar y encuentran los cuerpos de las Espadas Rojas y el cadáver de Sha'ik. Hablan del renacimiento de Sha’ik y el levantamietno del Torbellino para proporcionar un corazón furioso a la rebelión. Lostara señala el cuerpo de Sha'ik y dice que no hubo renacimiento. Perla asiente y dice que la nueva Sha'ik no es la misma, una sustituta, más joven… Lostara se niega a creer lo que está insinuando aunque todo encaja, niega la idea de que los mortales son las víctimas de la diversión de los dioses. 

Perla resalta la ironía de que  Felisin se convirtiese en un instrumento de venganza contra su hermana y el imperio que la envió a prisión; una oportuna convergencia de deseos y necesidades. Lostara cree que deben volver con Tavore, pero el Torbellino les impide usar las sendas, por lo que tendrán que cruzar Raraku. Lostara pregunta por la misión de acabar con el líder del Espolón y Perla piensa que resolverán ese problema pronto. Se enfrantan al torbellino y dice que la sangre de pardu de Lostara la hará pasar desapercibida, pero Perla tiene sangre Tiste Andii y podría ser un problema, pues su madre era una mestiza de Deriva Avalii.

ESCENA CUATRO

Lostara y Perla continúan adelante. Lostara pregunta cómo planea evitar que el Torbellino los descubra él le dice: Rashan, Thyr y Meanas . La guerra perpetua. Dice que la diosa no comprende ese fragmento de senda, ya que probablemente no sea más que un espíritu céfiro.
 
ESCENA CINCO

Lostara se sorprende de lo fácil que fue pasar. Se lía con Perla.

ESCENA SEIS

Kalam despierta. Soñaba con la canción, un rugido que agarra la garganta del mundo, voces extrañas pero familiares, como de amigos que nunca cantaron en vida; voces que dan música a la guerra. Camina pasando barcos petrificados y reliquias del pasado que el Torbellino ha levantado para revelar la historia de Raraku, civilizaciones perdidas hace milenios. Una escena inquietante, como las pesadillas que poblaban su sueño con esa canción. Ve una columna de unos 600 soldados que marchan, algunos cargando heridos, portando un asta con un cuerpo humano. Se da cuenta de que son fantasmas. Se acerca y oye: "Sube caminando del mar" en un lenguaje desconocido pero que entiende. La depresión que acababa de cruzar ahora la llena un mar donde hay varios barcos, algunos hundiéndose. Escucha una conversación:

Dessimbelackis nos lanza legiones y no importa cuántos matamos, el Primer Emperador encuentra más… Cinco de los Siete Protectores ya no existen y el sexto no se recuperará, ahora que hemos desterrado a la bestia negra en sí… Me pregunto si lo hemos expulsado de este reino... Si los Sin Nombre dicen la verdad sí…  ¿Salimos de la ciudad? ¿No acabamos de vencer? ¿Por qué nuestro camino está lleno de fantasmas?

La conversación se desvanece y un fantasma con una túnica naranja pide a Kalam  que escuche. Cantan una variación de su canción. Kalam se dirige al fantasma como caminante espiritual Tanno. El fantasma replica que él no es sacerdote, sino Tanno, el undécimo y último senescal de Yaraghatan, desterrado por el Primer Emperador por su alianza con los Sin Nombre, que no advirtió lo que el emperador podría hacer después. Siete Protectores, pero mucho más, les di una canción para su última batalla. El fantasma desaparece y todo vuelve a la normalidad.

Kalam continúa caminando por las ruinas y oye caballos. Se esconde y ve un grupo pardu con un chamán. Asume que están en el comienzo de un ritual, y que no son parte del ejército de Sha'ik. De repente dos grandes bestias llegan desde la oscuridad y los atacan, matándolos. Son Mastines, pero no de Sombra: más grandes, más pesados, más parecidos a un oso que a un perro, salvajes y mortales. Se mueven confiados, como si ese lugar fuese familiar para ellos. De repente uno parece sentir a Kalam y se acerca, dándole apenas tiempo a saltar y lanzar sus últimos diamantes ahumados. Kalam sopla el silbato y aparecen cinco demonios que atacan a los Mastines. Kalam huye de la pelea mientras piensa que si sobrevive avisará a Tronosombrío de esa nueva amenaza desencadenada en este mundo. Y piensa que si hay dos grupos de Mastines, es probable que haya más.

Pero el sonido del silbato había liberado a todos los demonios de incontables diamantes ahumados convertidos en polvo, vendidos por un comerciante del mercado de G'danisban. Demonios azalan, despertados mucho antes de que llegara su momento. Todos tenían tareas que exigían una cierta soledad, por lo que mataron a los testigos. Pero los que aparecieron en las ruinas de Raraku, encontraron unas poderosas criaturas cuya existencia casi no recordaban. Los cinco azalan fueron expulsados y huyeron sangrando. Y en el reino de Sombra, cierto dios permanecía inmóvil en su trono insubstancial, recuperado de la conmoción, su mente disparada.


ESCENA SIETE

Azafrán y Apsalar llegan a una cámara donde Pust les espera (su templo). Pust se refiere a la extremidad de lo que se les exigirá en los próximos días.

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