Capítulo quince
ESCENA 1
Violín y su pelotón vigilan un ejército de hombre 3000, muy diferente a los grupos que les han acosado hasta ahora. Envía un mensaje a Tavore para prepararse para la batalla. El nuevo ejército, sorprende al pelotón de Violín, pero en lugar de atacar, esperan a que Tavore llegue. Mientras Tavore, Gamet y Temul van a su encuentro (Temul parece reconocerlos), el jefe del ejército le dice a Violín que su grupo se ha ocupado de los jinetes que los han estado atacando. Tavore llega y el jefe se presenta como Hiel, líder de los Lágrimas Quemadas de Khundryl. Rememora su enfrentamiento con Coltaine (Ala Negra para ellos), a quien ayudaron, para ver quiénes eran los mejores guerreros. Por eso quieren vengar a Coltaine y su clan ya que no pelearon con Coltaine hasta la última batalla. Hiel se acerca a Temul y le entrega su espada rota y se arrodilla ante él, diciendo que no son Wickanos, pero se esforzarán por serlo. Temul acepta las lágrimas quemadas como parte del Clan de los Cuervos, de los Wickanos. Violín cree que Temul acaba de afianzarse como líder wikano. Violín piensa que mientras el problema de Temul está resuelto, pero Tavore sigue estando bajo la sombra de Coltaine.
ESCENA 2
El campamento está de celebración, todos borrachos. Gamet entra en la tienda de mando donde Tavore y Hiel siguen tras la reunión de comandantes. Hiel le dice que su chamán ha tenido una visión del ejército de Tavore: el decimocuarto conocerá una larga vida, pero será inquieta, condenado a cazar algo que ni siquiera conoce ni tal vez conocerá. Hiel habla sobre ciclos: el pasado está compuesto de patrones, y esos patrones permanecen bajo nuestros. El pasado se encuentra por debajo y por encima del presente. Tavore pregunta qué encontrarán al día siguiente en el cruce de Vathar, y Hiel responde que debe decidirlo ella, que es un lugar de muerte. Gamet se siente fuera de lugar, demasiado viejo para la guerra. Fuera ve pasar un perro lleno de cicatrices y a Keneb detrás. Keneb le cuenta que el perro sobrevivió a la cadena de perros, ensartado por varias lanzas. Junto a otro perro sanaron como por arte de magia. También comente que Gesler, Tormenta y Verdad, son otro misterio con su extraño color de piel y su conexión con el Silanda. Gamet pregunta si han hecho un pacto con un dios (prohibido en el ejército de Malaz). Keneb dice que no sabe y no tiene pruebas. Gamet le dice que encuentra inquietante la falta de confianza de Keneb en sus propios soldados, algo recíproco, pues sospechan que Keneb abandonó a sus soldados al comenzar el levantamiento. Añade que no lo hizo, respondiendo a la pregunta no formulada de Gamet, pero admite que algo de lo que él hizo podría cuestionar su lealtad al imperio, explicando que nada importaba más que su familia. Gamet prefiere no conocer los detalles, pero pregunta sobre su familia. Keneb explica que logró salvarlos con la ayuda de Kalam y Gamet se sorprende. Le dice a Keneb que vigile a Gesler, para ver si pueden confiar en él. El perro pasa cerca y Keneb dice que cree que está buscando a Coltaine, a lo que Gamet responde que Coltaine está allí.
ESCENA 3
Violín piensa que con los Lágrimas Quemadas, el ejército no le necesita y que él realmente no quiere volver a Raraku, pues lo odia desde la primera vez, piensa que ya no puede recuperar nada en ese desierto. Le mueve la venganza, pero ya no le llena, ni la lealtad, ni siquiera la amistad. Maldice a Kalam por no disuadirlo de alistarse. Gesler llega y le dice no puede dormir, pues no quiere volver a ver el cruce Vathar (Tormenta y Verdad tampoco). Gesler pregunta si Violín está pensando en huir, y comenta lo duro que es perder amigos. Violín protesta, pues hay un momento de dejarlo todo. Gesler replica que es demasiado viejo para cambiar, solo puede ser sodado y que si quiere morir pronto habrá una batalla. Tendrá mil ocasiones, pero ahora él es responsable de su pelotón. Eso es lo que no le gusta y lo que le hace pensar en huir. Violín se aleja y escucha un canto. Encuentra a Nada y Menos sentados con un cuenco y mariposas revoloteando alrededor. Lo llaman y Violín se ve rodeado de mariposas y nota una presencia que le habla: Raraku te aguarda, no le des la espalda ahora, hemos despertado, debéis matar a la diosa y liberar a Raraku de esa mancha. La canción vaga abrasapuentes, busca un hogar. No te des la vuelta. La presencia desaparece y Nada y Menos se molestan, pues ellos la llamaron pero habló a Violín. Le dicen que era Sormo E'nath. Mientras hablan les grita que dejen ese canto, aunque se da cuenta que la canción está en su cabeza. Se dirige al campamento, pensando que esa presencia no era Sormo E'nath y se pregunta quién le espera en Raraku, ¿acaso sus amigos muertos?
Violín piensa que con los Lágrimas Quemadas, el ejército no le necesita y que él realmente no quiere volver a Raraku, pues lo odia desde la primera vez, piensa que ya no puede recuperar nada en ese desierto. Le mueve la venganza, pero ya no le llena, ni la lealtad, ni siquiera la amistad. Maldice a Kalam por no disuadirlo de alistarse. Gesler llega y le dice no puede dormir, pues no quiere volver a ver el cruce Vathar (Tormenta y Verdad tampoco). Gesler pregunta si Violín está pensando en huir, y comenta lo duro que es perder amigos. Violín protesta, pues hay un momento de dejarlo todo. Gesler replica que es demasiado viejo para cambiar, solo puede ser sodado y que si quiere morir pronto habrá una batalla. Tendrá mil ocasiones, pero ahora él es responsable de su pelotón. Eso es lo que no le gusta y lo que le hace pensar en huir. Violín se aleja y escucha un canto. Encuentra a Nada y Menos sentados con un cuenco y mariposas revoloteando alrededor. Lo llaman y Violín se ve rodeado de mariposas y nota una presencia que le habla: Raraku te aguarda, no le des la espalda ahora, hemos despertado, debéis matar a la diosa y liberar a Raraku de esa mancha. La canción vaga abrasapuentes, busca un hogar. No te des la vuelta. La presencia desaparece y Nada y Menos se molestan, pues ellos la llamaron pero habló a Violín. Le dicen que era Sormo E'nath. Mientras hablan les grita que dejen ese canto, aunque se da cuenta que la canción está en su cabeza. Se dirige al campamento, pensando que esa presencia no era Sormo E'nath y se pregunta quién le espera en Raraku, ¿acaso sus amigos muertos?
ESCENA 4
Comienza el descenso del ejército hacia el cruce, Gamet observa los restos de la batalla pasada. Los lindes adornados con cadáveres de ovejas y cabras llenos de gusanos y sangre que llega al río, regalo de bienvenida a la decimocuarto de las tribus. Keneb piensa que los nativos de Siete Ciudades ven un paisaje animado, no sólo por los espíritus, sino de otra manera mucho más complicada. Si los Malazanos hubiesen leído esas señales, habrían previsto el levantamiento. Tavore replica que a veces, el conocimiento no es suficiente y ordena a los zapadores destuir un puente de detritus amalgamados por sangre, un insulto según Baralta a las tribus, que lo considerarán una bendición. Tavore es consciente de ello, pero la base es insegura, algo que las tribus también saben y sugieren que Hiel envíe un jinete para controlar el tema, tomando decisiones sin contar con Tavore, lo que la enfada. Gamet ve a Nada y Menos arrodillados en el río, aferrados a las cadenas del pasado y enfadado los levanta y los sacude; deben ser los magos de Tavore y dejar las costumbres de las tribus. Tavore envía a los niños como observadores para volar el puente y avisa a Gamet que Baralta y él deben consultar con ella sus sugerencias.
ESCENA 5
Sepia y Violín vuelan el puente, despejando el vado. Keneb les felicita y les da el privilegio a su pelotón de cruzar los primeros. Violín no siente el placer de siempre pues siente la canción rota en su mente, un canto fúnebre que se oculta bajo sus pensamientos. No acaba de gustarle.
ESCENA 6
El ejército cruza el vado y Tavore sube a una colina desde donde se divisa la ciudad de Ubaryd, retomada por la armada de Nok. Tavore señala el Torbellino a lo lejos. Tavore cuestiona si Sha'ik contestará a su acercamiento. Gamet cree que sería lo lógico, para ir desgastando al ejército antes de la batalla final y conocer más sobre las tácticas de Tavore. Ésta se extraña, pues o bien para Sha’ik ella es indiferente o no puede conocerla, incluso teniendo espías no han hecho más que avanzar. Se quedan mirando el fuego del Torbellino.
ESCENA 1
Kalam lleva en el templo de Pust más de una semana y está ansioso por partir, ahora que ha entregado los diamantes y está curado. Oye cantar y piensa que es Mogora. Pust le da algunos diamantes y dice debe irrumpir en el Torbellino, en el corazón de Raraku. Kalam pregunta cómo hacerlo sin ser detectado y Pust dice con su ayuda: Sumo Sacerdote y Maestro de Rashan y Meanas y Thyr.
ESCENA 2
Kalam y Pust salen de una senda cerca del Torbellino. Kalam le pregunta sobre la canción, al entender que no fue Mogora. Pust le dice que no oye nada pero que debe ser una canción tanno. Con ayuda de un demonio azalan cruzan el Torbellino sin que la diosa lo sepa. Kalam ya no escucha la canción. Se sienta a esperar.
ESCENA 3
Navaja carga a Apsalar hacia a las naves. Cotillion está de pie entre los cadáveres, mirando a uno en particular, la vieja que había sido quemada, que resulta ser un Espolón que sobrevivió a la purga de Torva. Cotillion comenta que los espolones se escondieron bien, incluso de él. Navaja pregunta qué hacía allí, pero Cotillion replica que lo importante es por qué estaba con Viajero. Navaja deduce que Viajero sí sabía quién era ella. Cotillion arranca un colgante con un espolón del cuello de Hawl y se lo da a Navaja, diciéndole que vaya a la nave Edur y que les enviará otro agente suyo en caso que sea necesario para derribar al patrón de los Espolones. Navaja pregunta si sabe dónde está ese patrón y el dios responde que tiene sospechas. Luego coge a Hawl en sus brazos y se aleja, señalando la semejanza entre ellos. Navaja grita que no son iguales y Cotillion desaparece en las sombras. Navaja se dirige a la nave.
ESCENA 4
Cotillion llega a un claro y deja a Hawl suavemente. Aparece Tronosombrío y Cotillion le informa que Viajero está en las ruinas Edur. Tronosombrío dice que Viajero es demasiado tozudo para responder a sus preguntas y confirma que es Hawl, quejándose de las veces que sus seguidores tienen que morir, aunque ella ya no lo era. Cotillion replica que para ella, ellos estaban muertos y Tronosombrío asiente, pues se han ido de alguna manera. Cotillion replica que no de la manera más importante y que era una amiga. Tronosombrío pregunta si Cotillion seguirá investigando para averiguar que trama el Espolón y detenerlos, asegurándose de que fracasen. Cotillion dice que sabe quién está dirigiendo el asunto y que ha enviado a Navaja y a Apsalar allí, con otros agentes. Cotillion afirma que lo importante está en Raraku y Tronosombrío sonríe y comenta que es tiempo de contarte sus propios esfuerzos, relacionados con los diamantes que le dio a Kalam. Tronosombrío acaba diciendo que deben llevar a Hawl a casa y hablar, añade que estar tan cerca de Viajero lo pone nervioso.
ESCENA 5
Navaja llega a los barcos cuando Apsalar vuelve en sí. Le cuenta que Darist fue asesinado, junto con todos los Edur, ayudados por Viajero. Ella comenta que sintió su ira y que Danzante lo conocía bien, que Viajero estaba allí con Danzante y Kellanved, casi desde el principio, antes de Tayschrenn, Dujek, e incluso Torva. Navaja informa que Cotillion le ha encomendado otra misión y ella le avisa que no siga ese camino. Navaja responde que pensaba que ella apreciaría su compañía.
Comienza el descenso del ejército hacia el cruce, Gamet observa los restos de la batalla pasada. Los lindes adornados con cadáveres de ovejas y cabras llenos de gusanos y sangre que llega al río, regalo de bienvenida a la decimocuarto de las tribus. Keneb piensa que los nativos de Siete Ciudades ven un paisaje animado, no sólo por los espíritus, sino de otra manera mucho más complicada. Si los Malazanos hubiesen leído esas señales, habrían previsto el levantamiento. Tavore replica que a veces, el conocimiento no es suficiente y ordena a los zapadores destuir un puente de detritus amalgamados por sangre, un insulto según Baralta a las tribus, que lo considerarán una bendición. Tavore es consciente de ello, pero la base es insegura, algo que las tribus también saben y sugieren que Hiel envíe un jinete para controlar el tema, tomando decisiones sin contar con Tavore, lo que la enfada. Gamet ve a Nada y Menos arrodillados en el río, aferrados a las cadenas del pasado y enfadado los levanta y los sacude; deben ser los magos de Tavore y dejar las costumbres de las tribus. Tavore envía a los niños como observadores para volar el puente y avisa a Gamet que Baralta y él deben consultar con ella sus sugerencias.
ESCENA 5
Sepia y Violín vuelan el puente, despejando el vado. Keneb les felicita y les da el privilegio a su pelotón de cruzar los primeros. Violín no siente el placer de siempre pues siente la canción rota en su mente, un canto fúnebre que se oculta bajo sus pensamientos. No acaba de gustarle.
ESCENA 6
El ejército cruza el vado y Tavore sube a una colina desde donde se divisa la ciudad de Ubaryd, retomada por la armada de Nok. Tavore señala el Torbellino a lo lejos. Tavore cuestiona si Sha'ik contestará a su acercamiento. Gamet cree que sería lo lógico, para ir desgastando al ejército antes de la batalla final y conocer más sobre las tácticas de Tavore. Ésta se extraña, pues o bien para Sha’ik ella es indiferente o no puede conocerla, incluso teniendo espías no han hecho más que avanzar. Se quedan mirando el fuego del Torbellino.
Capítulo Dieciséis
ESCENA 1
Kalam lleva en el templo de Pust más de una semana y está ansioso por partir, ahora que ha entregado los diamantes y está curado. Oye cantar y piensa que es Mogora. Pust le da algunos diamantes y dice debe irrumpir en el Torbellino, en el corazón de Raraku. Kalam pregunta cómo hacerlo sin ser detectado y Pust dice con su ayuda: Sumo Sacerdote y Maestro de Rashan y Meanas y Thyr.
ESCENA 2
Kalam y Pust salen de una senda cerca del Torbellino. Kalam le pregunta sobre la canción, al entender que no fue Mogora. Pust le dice que no oye nada pero que debe ser una canción tanno. Con ayuda de un demonio azalan cruzan el Torbellino sin que la diosa lo sepa. Kalam ya no escucha la canción. Se sienta a esperar.
ESCENA 3
Navaja carga a Apsalar hacia a las naves. Cotillion está de pie entre los cadáveres, mirando a uno en particular, la vieja que había sido quemada, que resulta ser un Espolón que sobrevivió a la purga de Torva. Cotillion comenta que los espolones se escondieron bien, incluso de él. Navaja pregunta qué hacía allí, pero Cotillion replica que lo importante es por qué estaba con Viajero. Navaja deduce que Viajero sí sabía quién era ella. Cotillion arranca un colgante con un espolón del cuello de Hawl y se lo da a Navaja, diciéndole que vaya a la nave Edur y que les enviará otro agente suyo en caso que sea necesario para derribar al patrón de los Espolones. Navaja pregunta si sabe dónde está ese patrón y el dios responde que tiene sospechas. Luego coge a Hawl en sus brazos y se aleja, señalando la semejanza entre ellos. Navaja grita que no son iguales y Cotillion desaparece en las sombras. Navaja se dirige a la nave.
ESCENA 4
Cotillion llega a un claro y deja a Hawl suavemente. Aparece Tronosombrío y Cotillion le informa que Viajero está en las ruinas Edur. Tronosombrío dice que Viajero es demasiado tozudo para responder a sus preguntas y confirma que es Hawl, quejándose de las veces que sus seguidores tienen que morir, aunque ella ya no lo era. Cotillion replica que para ella, ellos estaban muertos y Tronosombrío asiente, pues se han ido de alguna manera. Cotillion replica que no de la manera más importante y que era una amiga. Tronosombrío pregunta si Cotillion seguirá investigando para averiguar que trama el Espolón y detenerlos, asegurándose de que fracasen. Cotillion dice que sabe quién está dirigiendo el asunto y que ha enviado a Navaja y a Apsalar allí, con otros agentes. Cotillion afirma que lo importante está en Raraku y Tronosombrío sonríe y comenta que es tiempo de contarte sus propios esfuerzos, relacionados con los diamantes que le dio a Kalam. Tronosombrío acaba diciendo que deben llevar a Hawl a casa y hablar, añade que estar tan cerca de Viajero lo pone nervioso.
ESCENA 5
Navaja llega a los barcos cuando Apsalar vuelve en sí. Le cuenta que Darist fue asesinado, junto con todos los Edur, ayudados por Viajero. Ella comenta que sintió su ira y que Danzante lo conocía bien, que Viajero estaba allí con Danzante y Kellanved, casi desde el principio, antes de Tayschrenn, Dujek, e incluso Torva. Navaja informa que Cotillion le ha encomendado otra misión y ella le avisa que no siga ese camino. Navaja responde que pensaba que ella apreciaría su compañía.
ESCENA 6
Perla y Lostara llegan a colinas Pan'potsun tras varios días
de viaje. Están sobre una ciudad enterrada y Perla quier realizar un ritual
para abrir un antiguo sendero hechizado. Habla con un fatasma terrenal que le
responde algo que no se explica. Luego van a un claro donde encuentran restos
del carro de un comerciante, huesos y un círculo quemado. Perla dice que los
huesos son del Di'vers Gryllen, quien aparentemente fue herido allí. Se acerca
a un montón de ceniza y ve los huesos roídos de un cadáver y una sigilo malazano
de un cuadro de mago. Descubre otro montón de cenizas y encuentra otro cadáver
que abre sus ojos y habla, diciéndoles que su nombre es Almeja y tuvo una
muerte horrible antes de convertirse en porteador de Gryllen. Perla comenta que
la hechicería de Almeja se está desvaneciendo, llevándole a pensar que Gryllen
está lejos o muerto. Siguen caminando. Pronto llegan a otro cadáver quemado. Perla
dice que el Embozado estuvo allí, para llevarse a ese hombre, no sólo su alma,
sino también la carne, todo lo que había sido infectado por la senda de luz.
Perla cree que ha habido un cambio en la casa del Embozado. Lostara pregunta
qué tiene que ver esto con su búsqueda de Felisin y Perla dice que encontraron
lo que quedaba de Kulp en la carreta de Gryllen y que esto era Baudin, el espolón,
por el color extraño de su piel, que al igual que a Gesler, Tormenta y Verdad,
les cambió la senda. Lostara deduce que todo esto es posterior a la emboscada a
Sha’ik, por lo que Felisin y Heboric deben estar con el ejército del Apocalipsis
en Raraku, por el odio de Felisin al Imperio de Malaz. Tampoco Heboric tendría
mucho amor por el imperio que lo condenó; desesperados y quizás heridos después
del ataque de Gryllen. Perla asiente y pregunta por qué el ataque de las
Espadas Rojas contra Sha'ik. Ella responde que no; que la mataron. Perla se
pregunta quién dirige y quiere ver el lugar de la emboscada.
ESCENA 7
Onrack recuerda como era ese mundo hacía siglos, el mar
interior, arrecifes. Los Imass (el clan de Renig Obar) comerciando marfil y
aceite de dhenrabi. El frío que insinuaba algo más oscuro, un jaghut escondido
en la espesura, revolviendo el caldero de Omtose Phellack. Onrack se había
apartado como invocahuesos de su clan, en favor de Absin Tolain, superior en
las artes ocultas y con la ambición necesaria para aquellos que siguieron el camino
de Tellann. Onrack no se sentía atraído por la lucha ni los rituales,
adquiriendo más habilidad en la hechicería de la pintura, con el deseo de
alejarse y estar en soledad. Él rompió el pacto no escrito y pintó una imagen
de una Imass mortal, atrapando a esa hermosa y oscura mujer en el tiempo, allí
en la caverna que nadie estaba destinado a encontrar, atrayendo la ira de los suyos,
del mismo Logros, y la Primera Espada. Pero recordó la expresión en el rostro
joven de Ono T'oolan, cuando vió por primera vez la pintura de su hermana.
Maravilla y asombro, y el resurgimiento de un amor perdurable. Nunca supo si
Kilava fue a ver la pintura.
Trull lo interrumpe y Onrack le cuenta que debía ser desterrado
de su tribu la noche anterior al Ritual por su crimen, pero cuatro tiranos
Jaghut se habían unido en un pacto para intentar destruir el mundo, como de
hecho hicieron. Esa noche estaba en la
caverna donde había cometido su crimen y una mujer desconocida vino, no su
esposa, que había sido la primera en rechazarlo. Aún se pregunta si fue Kilava
aunque nunca lo sabra, pues se había ido por la mañana. Kilava desafió la
llamada, mató a su familia; a todos menos a Onos. Nunca supo si ella vino tras
el crimen a su cueva e hicieron el amor, ni a quién escuchó más allá, si
alguien los sorprendió.
Onrack cambia de tema y comenta que el rastro de los
renegados es fresco. Trull replica que Onrack disfruta matando. Onrack dice que
no puede elegir libremente, ya que ha prometido servir a Trull. Trull piensa
que los renegados son agentes en la traición de su pueblo y quiere encontrarlos
y hablar con ellos y luego que Onrack los mate. Onrack comenta que está
demasiado deteriorado para hacerlo, pero Monok Ochem e Ibra Gholan lo persiguien
y podrán matarlo a él y a los renegados pues piensan que Onrack quiere unirse a
ellos. Trull pregunta si haría eso y Onrack responde que sólo si él lo hace.
ESCENA 8
Caminan por las colinas donde los Imass iniciaron la
resistencia para proteger los sitios sagrados, las cuevas ocultas y las
canteras de pedernal; donde están las armas de los caídos que los renegados
pretenden. No podían ubicar la hechicería que investía esas armas, pero alimentarían
a los que los sostuviesen, siempre que fueran parientes de sus creadores. Encontrar
esas armas daría a los renegados la libertad, rompiendo el poder de Tellann sobre
ellos. Trull pregunta sobre su traición y éste explica que atrapó a una mujer en
el tiempo al pintarla en una cueva sagrada, y se siente responsable de los
terribles asesinatos que siguieron y de que ella abandonara el clan. No podía
unirse al ritual que los hizo inmortales porque su mano ya lo hizo. Se
preguntaba si ésa fue la razón por la que desafió a Logros ya la Primera Espada.
Le dice que era una invocahuesos, un Soletaken. Trull pregunta si la amaba y
Ontack replica que la obsesión es un veneno. Trull replica que uno no está
condenado a repetir los mismos errores, que la experiencia lleva a la
sabiduría. Onrack señala que acaba de traicionar a Monok Ochem e Ibra Gholan, y
los T'lan Imass por no aceptar su destino, el mismo crimen del pasado, que le
llevó a querer la soledad, una ilusión cuando los recuerdos y la búsqueda de un
significado acechan. Trull dice que Onrack parece cada vez más mortal y que
está a punto de volver a casa.
ESCENA 9
Los Tiste Liosan siguen maltrechos, pero vivos, en un reino
que les parece desagradable. Jorrude dice que el guardián está muerto, su reino
asaltado, pero sus hermanos han sido advertidos y en esos momentos acuden a las
puertas. Resistirán hasta la llegada de Ossric. La misión de encontrar a los
intrusos continúa. Añade que siente la presencia cercana de un viejo amigo: El Hacedor
del Tiempo. Malachar asiente: el Asesino de los Diez Mil: Icarium.
ESCENA UNO
Karsa fabrica su espada de pedernal, sintiendo a sus compañeros en ella. Se enfrenta a los Siete, ahora en sus cuerpos dañados y llevando sus propias espadas. Urugal le dice que están libres de las ataduras del Ritual y que su arma ha sido investida con Tellann y no se romperá. Karsa señala las armas rotas de las cavernas y Urugal replica hechicería ancestral, sendas hostiles. Comentan que han librado muchas guerras en las que no se ha logrado nada: jaghut ya condenados a la extinción de por sí, otros enemigos a cuyas causas fueron indiferentes, guerras sin sentido que no cambiaron. Vivir es resistir, la eterna lucha: orden contra caos, luz vs oscuridad, vida vs muerte. Esa es la única verdad, pues los dioses adoran la perfección sobre la incertidumbre de la naturaleza. Karsa dice que el dios Tullido acepta la imperfección, una tercera fuerza para cambiar para siempre la eterna guerra entre orden y disolución.
Capítulo Diecisiete
ESCENA UNO
Karsa fabrica su espada de pedernal, sintiendo a sus compañeros en ella. Se enfrenta a los Siete, ahora en sus cuerpos dañados y llevando sus propias espadas. Urugal le dice que están libres de las ataduras del Ritual y que su arma ha sido investida con Tellann y no se romperá. Karsa señala las armas rotas de las cavernas y Urugal replica hechicería ancestral, sendas hostiles. Comentan que han librado muchas guerras en las que no se ha logrado nada: jaghut ya condenados a la extinción de por sí, otros enemigos a cuyas causas fueron indiferentes, guerras sin sentido que no cambiaron. Vivir es resistir, la eterna lucha: orden contra caos, luz vs oscuridad, vida vs muerte. Esa es la única verdad, pues los dioses adoran la perfección sobre la incertidumbre de la naturaleza. Karsa dice que el dios Tullido acepta la imperfección, una tercera fuerza para cambiar para siempre la eterna guerra entre orden y disolución.
Karsa les dice que no son dioses pues no conocen la carga de
los creyentes. Para los Teblor eran esclavistas que exigían sacrificios crueles
para alimentar sus propios deseos; las cadenas invisibles de los Teblor.
Siballe señala que esos niños imperfectos habrían muerto de otra manera y que
no se arrepienten. Karsa responde que no tuvieron en cuenta el amor de sus
padres, un poder inmune a la imperfección. Además de no aliviar sus cargas, les
dejaron a los teblor las suyas propias (de los siete) sin merecerlo. Urugal
dice que los teblor fracasaron como ellos hace mucho tiempo; algo que no se
puede cambiar. Por tanto uno puede rendirse a ello, y sufrir un tormento eterno
o liberarse de la carga. Celebrar el fracaso es la respuesta que les enseño el
dios Tullido y ellos le han enseñado. Karsa responde que ahora conocerán su
respuesta y corta a Siballe por la mitad sin que los otros respondan al ataque.
Karsa les dice que su ejército de expósitos le seguirá y ellos dejarán a su gente,
advirtiéndoles que si vuelven a usar a
los teblor los destruirá. Los seis entran a la cueva dejando a Karsa solo con
Siballe, que sigue consciente. Ella le pregunta si él la dejará allí y le dice
que el dios Tullido la ha abandonado, pues parece que hay niveles aceptables de
imperfección y niveles inaceptables. Karsa se queja: otro dios que no entiende
nada de lo que significa ser un dios. Karsa coloca la cabeza y parte de Siballe
en su mochila y sale de la caverna justo cuando Trull y Onrack están en la
entrada. Con la espada los lanza de un tajo por un saliente.
ESCENA DOS
A medida que se recuperan de la caída, Onrack siente que Tellann persiste activo en la caverna y la utiliza para unir un brazo de Siballe a él. Onrack comenta que los renegados se han ido y están cerca. Se van y Trull se da cuenta de que Onrack ahora tiene dos manos.
ESCENA TRES
Karsa entra en el borde del Jhag Odhan y siente que los thelomen toblakai ya conocían ese lugar. Continúa y se encuentra a un jaghut (Cynnigig) demacrado en un círculo de hierba al lado de un brasero que le dice que Aramala se puso en contacto con él para que lo recibiera. Le explica que tanto él como Aramala habían ayudado a los T'lan Imass contra los tiranos y que lo llevará a ver al alguien capaz de llamar a los caballos jag, pues gracias a ella existen. Conversan y Cynnigig le dice que será conocido por su infamia, a lo que Karsa ke dice que no le importa la fama como antes, que cambió de opinión. Cynnigig explica que se escondió con magia, pero no Omtose Phellack ya que los T'lan Imass lo habrían olido. Cynnigig divaga con no necesitar el sangriento recurso de encontrar un Forkrul Assail, que supondría una muerte casi segura. Continúa la verborrea sobre los imperios más alla del odhan, alzados para luego caer, pomposidad que se ahoga en el polvo, ciclos interminables entre criaturas efímeras.
A medida que se recuperan de la caída, Onrack siente que Tellann persiste activo en la caverna y la utiliza para unir un brazo de Siballe a él. Onrack comenta que los renegados se han ido y están cerca. Se van y Trull se da cuenta de que Onrack ahora tiene dos manos.
ESCENA TRES
Karsa entra en el borde del Jhag Odhan y siente que los thelomen toblakai ya conocían ese lugar. Continúa y se encuentra a un jaghut (Cynnigig) demacrado en un círculo de hierba al lado de un brasero que le dice que Aramala se puso en contacto con él para que lo recibiera. Le explica que tanto él como Aramala habían ayudado a los T'lan Imass contra los tiranos y que lo llevará a ver al alguien capaz de llamar a los caballos jag, pues gracias a ella existen. Conversan y Cynnigig le dice que será conocido por su infamia, a lo que Karsa ke dice que no le importa la fama como antes, que cambió de opinión. Cynnigig explica que se escondió con magia, pero no Omtose Phellack ya que los T'lan Imass lo habrían olido. Cynnigig divaga con no necesitar el sangriento recurso de encontrar un Forkrul Assail, que supondría una muerte casi segura. Continúa la verborrea sobre los imperios más alla del odhan, alzados para luego caer, pomposidad que se ahoga en el polvo, ciclos interminables entre criaturas efímeras.
ESCENA CUATRO
Cynnigig lleva a Karsa a un enorme árbol solitario en una colina que envuelve y forma parte de la jhagut Phyrlis. Cynnigig le cuenta a Karsa que Phyrlis era un bebé cuando ella y su madre fueron atrapados por los T'lan Imass. Phyrlis fue empalada en una lanza que tomó parte de su espíritu y renació como árbol que la mantiene con vida. Karsa pregunta su relación con los caballos y el jhagut responde que su sangre les da su longevidad, lo que les permite sobrevivir ya que crían poco. Ella se alegra que los teblor críen los caballos pues están siendo cazados hasta la extinción por los trell. Karsa pregunta si es gente como Mappo y ella afirma: Mappo Runt, que viaja con Icarium, que lleva flechas hechas de mis ramas y que cada vez que la visita no recuerda nada del encuentro anterior y pregunta por la madera de su núcleo para elaborar un mecanismo para medir el tiempo, pues puede sobrevivir a todas las otras construcciones. Ella no se la da, pues la mataría, pero negocia madera para un arco, flechas... Karsa pregunta si no puede defenderse y la jaghut contesta que nadie puede contra Icarium, entonces Karsa replica que luchó una vez contra él y ahora con su nueva espada vencerá, lo que alarma a los jaghut. Luego llama a los caballos, pensando que vendrán una docena o así, pero llega una gran manada de más de 15.000. Cynnigig comenta que no han respondido a la llamada de Phyrlis, sino a la de Karsa, aunque no saben por qué. Phyrlis le dice que los caballos pueden oler el aceite de sangre en sus venas, algo que los caballos recuerdan. Karsa escoge a un semental y lo llama Estragos. La manada se va. Cynnigig piensa en una caballería Thelomen Toblakai y le pregunta por qué los Teblor no han conquistado Genebackis. Karsa contesta que un día que lo harán y él los guiará. Los jaghut dicen que han presenciado el nacimiento de la infamia y Karsa piensa que nadie puede imaginar todo lo que él creará.
ESCENA CINCO
Cynnigig y Phyrlis hablan después de que Karsa se vaya, comentan que ella hizo un buen trabajo ocultando los restos de la Casa Azath debajo suyo. Cynnigig llama necios a los T'lan Imass por clavar una lanza en ese terreno, pero Phyrlis los excusa diciendo que no sabían de Casas, pues eran criaturas de cuevas y tiendas de pieles. Además estaba muriendo, herida de gravedad. Explica que Icarium, delirando en su locura, le dio el golpe mortal y si no fuese por su compañero Toblakai, que lo dejó inconsciente, habría liberado a su padre, el cual no quería ser salvado. Y así la Casa murió, debilitando el tejido lo suficiente para que la senda fuese desgarrada. Ella pregunta si Cynnigig percibió los espíritus de los seis T'lan Imass más allá de las paredes de la Casa y él afirmó: siervos del dios Tullido que querían decirle algo a Karsa; un conocimiento para guiarlo, aunque se quedaron atrás a causa de la Casa. Phyrlis responde que la Casa está muerta y era a Karsa a quién temían. Cynnigig dice que tal vez no son tan necios, los Imass.
Cynnigig lleva a Karsa a un enorme árbol solitario en una colina que envuelve y forma parte de la jhagut Phyrlis. Cynnigig le cuenta a Karsa que Phyrlis era un bebé cuando ella y su madre fueron atrapados por los T'lan Imass. Phyrlis fue empalada en una lanza que tomó parte de su espíritu y renació como árbol que la mantiene con vida. Karsa pregunta su relación con los caballos y el jhagut responde que su sangre les da su longevidad, lo que les permite sobrevivir ya que crían poco. Ella se alegra que los teblor críen los caballos pues están siendo cazados hasta la extinción por los trell. Karsa pregunta si es gente como Mappo y ella afirma: Mappo Runt, que viaja con Icarium, que lleva flechas hechas de mis ramas y que cada vez que la visita no recuerda nada del encuentro anterior y pregunta por la madera de su núcleo para elaborar un mecanismo para medir el tiempo, pues puede sobrevivir a todas las otras construcciones. Ella no se la da, pues la mataría, pero negocia madera para un arco, flechas... Karsa pregunta si no puede defenderse y la jaghut contesta que nadie puede contra Icarium, entonces Karsa replica que luchó una vez contra él y ahora con su nueva espada vencerá, lo que alarma a los jaghut. Luego llama a los caballos, pensando que vendrán una docena o así, pero llega una gran manada de más de 15.000. Cynnigig comenta que no han respondido a la llamada de Phyrlis, sino a la de Karsa, aunque no saben por qué. Phyrlis le dice que los caballos pueden oler el aceite de sangre en sus venas, algo que los caballos recuerdan. Karsa escoge a un semental y lo llama Estragos. La manada se va. Cynnigig piensa en una caballería Thelomen Toblakai y le pregunta por qué los Teblor no han conquistado Genebackis. Karsa contesta que un día que lo harán y él los guiará. Los jaghut dicen que han presenciado el nacimiento de la infamia y Karsa piensa que nadie puede imaginar todo lo que él creará.
ESCENA CINCO
Cynnigig y Phyrlis hablan después de que Karsa se vaya, comentan que ella hizo un buen trabajo ocultando los restos de la Casa Azath debajo suyo. Cynnigig llama necios a los T'lan Imass por clavar una lanza en ese terreno, pero Phyrlis los excusa diciendo que no sabían de Casas, pues eran criaturas de cuevas y tiendas de pieles. Además estaba muriendo, herida de gravedad. Explica que Icarium, delirando en su locura, le dio el golpe mortal y si no fuese por su compañero Toblakai, que lo dejó inconsciente, habría liberado a su padre, el cual no quería ser salvado. Y así la Casa murió, debilitando el tejido lo suficiente para que la senda fuese desgarrada. Ella pregunta si Cynnigig percibió los espíritus de los seis T'lan Imass más allá de las paredes de la Casa y él afirmó: siervos del dios Tullido que querían decirle algo a Karsa; un conocimiento para guiarlo, aunque se quedaron atrás a causa de la Casa. Phyrlis responde que la Casa está muerta y era a Karsa a quién temían. Cynnigig dice que tal vez no son tan necios, los Imass.
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