septiembre 30, 2013
Por Rul y Mel0
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Ficha:
Autor: Terry Pratchett
Año: 2008
Género: Fantasía.
Sinopsis
Veamos, si Carpe diem es «Aférrate al momento», entonces Carpe jugulum significa…
… «¡Directo a la yugular!».
Un lema perfecto para el escudo de armas de la familia de vampiros que el rey Verence de Lancre ha invitado a la ceremonia de imposición de nombre de su hija recién nacida (aunque, como descubrirá el sacerdote Poderosamente Avena, hay que tener mucho cuidado con los nombres de la realeza). Los Urrácula son vampyros modernos que han adaptado la ortografía para estar en consonancia con los nuevos tiempos. Aún mejor: han descubierto el poder del pensamiento positivo para rechazar cualquier intento de ser dominados, sojuzgados y exterminados. Inmunes a los ajos, las estacas y los símbolos religiosos, han salido del ataúd y quieren un bocado del futuro.
Y el futuro empieza por Lancre. Pero el pequeño reino montañoso cuenta con buenas defensas: las brujas Yaya Ceravieja, Tata Ogg, Agnes y, aunque tenga que cambiar pañales entre hechizo y poción, la reina Magrat. Eso sin contar el ejército de hombrecillos azules que lleva un tiempo dando vueltas por la región.
La guerra entre vampiros y brujas dentro del Nuevo Orden del Mundodisco acaba de empezar. El reverendo Poderosamente Avena sospecha que, más que una plegaria, va a necesitar un hacha…
Mi opinión
Esta entrega de uno de mis escritores favoritos nos lleva de nuevo al reino de Lancre, donde hay un rey porque las brujas quieren que así sea.
La novela, que está un punto por debajo de las últimas que he leído de nuestro gran Terry, centrada en una de las razas que aparecen y desaparecen de los libros y que nunca antes habían tenido un protagonismo total en una de las obras: los vampiros.
Pero estos no son vampiros, son "vampyros". Es decir, una especie de evolución de la raza ancestral en estos tiempos modernos que corren y que, paradojamente utilizan el mayor de los poderes de Yaya Ceravieja, la cabezología (aquí llamado pensamiento positivo) que no es otra cosa que conseguir que las cosas ocurran porque se te mete en la cabeza que tienen que ocurrir (o cree en ti mismo, que diría Bucay).
Pero claro, todo cambio lleva una respuesta conservadora por parte de la sociedad. En este caso la sociedad es relativamente pequeña: Igor, que quiere seguir en su lúgubre castillo con sus chirridos y sus telarañas, y los hijos de la familia, que al ser unos eternos adolencestes, lo que les mola es ser unos bestias y además, a ser posible, llevar la contraria a sus progenitores.
A partir de aquí, Pratchett juega de nuevo con los tópicos para lanzar la caballeria, especialmente la política y la religión, encarnada en el personaje del reverendo Poderosamente Avena. La novela es entretenida, y tiene grandes momentos, pero la historia nos suena demasiado a cosas que ya hemos visto, perdiendo un poco de la originalidad y frescura de las obras de su autor. No obstante, solo por el personaje de Igor y su mascota Retales, ya merece la pena leerlo.
El tema de las brujas se hace a veces un poco cansino por la repetición de situaciones ya desplegadas en otros libros haciendo que la historia se encalle en ocasiones y salga un poco a trompicones de algunas situaciones, aunque la lucha filosófica entre Yaya y Poderosamente Avena es digna de mención.
Otros de los personajes que no me acabaron de encajar, aunque son divertidos, son los Nac Mac Feegle, que en su versión original hablablan en escocés y que aquí fueron traducidos con mucha gracia a una especie de gallego-astur que les queda que ni pintado.
No obstante, no entendí el por qué de estos personajes en la obra.
Mi valoración
Autor: Terry Pratchett
Año: 2008
Género: Fantasía.
Sinopsis
Veamos, si Carpe diem es «Aférrate al momento», entonces Carpe jugulum significa…
… «¡Directo a la yugular!».
Un lema perfecto para el escudo de armas de la familia de vampiros que el rey Verence de Lancre ha invitado a la ceremonia de imposición de nombre de su hija recién nacida (aunque, como descubrirá el sacerdote Poderosamente Avena, hay que tener mucho cuidado con los nombres de la realeza). Los Urrácula son vampyros modernos que han adaptado la ortografía para estar en consonancia con los nuevos tiempos. Aún mejor: han descubierto el poder del pensamiento positivo para rechazar cualquier intento de ser dominados, sojuzgados y exterminados. Inmunes a los ajos, las estacas y los símbolos religiosos, han salido del ataúd y quieren un bocado del futuro.
Y el futuro empieza por Lancre. Pero el pequeño reino montañoso cuenta con buenas defensas: las brujas Yaya Ceravieja, Tata Ogg, Agnes y, aunque tenga que cambiar pañales entre hechizo y poción, la reina Magrat. Eso sin contar el ejército de hombrecillos azules que lleva un tiempo dando vueltas por la región.
La guerra entre vampiros y brujas dentro del Nuevo Orden del Mundodisco acaba de empezar. El reverendo Poderosamente Avena sospecha que, más que una plegaria, va a necesitar un hacha…
Mi opinión
Esta entrega de uno de mis escritores favoritos nos lleva de nuevo al reino de Lancre, donde hay un rey porque las brujas quieren que así sea.
La novela, que está un punto por debajo de las últimas que he leído de nuestro gran Terry, centrada en una de las razas que aparecen y desaparecen de los libros y que nunca antes habían tenido un protagonismo total en una de las obras: los vampiros.
Pero estos no son vampiros, son "vampyros". Es decir, una especie de evolución de la raza ancestral en estos tiempos modernos que corren y que, paradojamente utilizan el mayor de los poderes de Yaya Ceravieja, la cabezología (aquí llamado pensamiento positivo) que no es otra cosa que conseguir que las cosas ocurran porque se te mete en la cabeza que tienen que ocurrir (o cree en ti mismo, que diría Bucay).
Pero claro, todo cambio lleva una respuesta conservadora por parte de la sociedad. En este caso la sociedad es relativamente pequeña: Igor, que quiere seguir en su lúgubre castillo con sus chirridos y sus telarañas, y los hijos de la familia, que al ser unos eternos adolencestes, lo que les mola es ser unos bestias y además, a ser posible, llevar la contraria a sus progenitores.
A partir de aquí, Pratchett juega de nuevo con los tópicos para lanzar la caballeria, especialmente la política y la religión, encarnada en el personaje del reverendo Poderosamente Avena. La novela es entretenida, y tiene grandes momentos, pero la historia nos suena demasiado a cosas que ya hemos visto, perdiendo un poco de la originalidad y frescura de las obras de su autor. No obstante, solo por el personaje de Igor y su mascota Retales, ya merece la pena leerlo.
El tema de las brujas se hace a veces un poco cansino por la repetición de situaciones ya desplegadas en otros libros haciendo que la historia se encalle en ocasiones y salga un poco a trompicones de algunas situaciones, aunque la lucha filosófica entre Yaya y Poderosamente Avena es digna de mención.
Otros de los personajes que no me acabaron de encajar, aunque son divertidos, son los Nac Mac Feegle, que en su versión original hablablan en escocés y que aquí fueron traducidos con mucha gracia a una especie de gallego-astur que les queda que ni pintado.
No obstante, no entendí el por qué de estos personajes en la obra.
Mi valoración