Autor: G.R.R. Martin
Año: 2011 (versión inglesa) / 2012 (versión castellano)
Género: Fantasía Épica Adulta
Mi opinión:
He de reconocer que nunca había sentido tanta ansiedad por tener un libro en mis manos. El día anterior a su publicación en castellano, llamé a la libreria para reservar un ejemplar de la edición de lujo.
Como ya escribí al inicio de este blog, Martin ha sido el culpable de que volviera a leer fantasía épica, tras largos años de abandono del género, colapsado por una pobre temática post Tolkien que hacía tiempo había tocado fondo y no había evolucionado como esperaban sus lectores.
Y claro, una vez en mis manos, pues a devorarlo página a página. Danza de dragones es contemporáneo en el tiempo a Festín de Cuervos, por lo que se podía presumir que, si en el anterior libro Martin se encargaba de colocar en el tablero las fichas blancas, en este tomo se dedicaría a posicionar las negras.
Así es. Poco a poco (quizás demasiado para algunos), los personajes que no salieron en el primer libro siguen su propia evolución a raiz de los acontecimientos pasados. A partir del fantástico prólogo con Varamyr, la prole de personajes a los que habíamos perdido la pista empieza a moverse.
Ésto nos permite saber bastante más sobre el Este y las ciudades libres, tan solo mencionadas en los libros anteriores, pero no descritas. Recuperamos a personajes como Theon y Tyrion, y disfrutamos con Jon y Arya. Además, y en modo comedido, aparecen nuevos personajes que pueden dar un giro de vuelta a la historia.
Al igual que en Festín de cuervos, la mayor parte del libro no destaca por una épica colosal, como Tormenta de Espadas, sino que discurre en base a una trama más política y evolutiva que otra cosa. Pero es que como hemos dicho antes, faltan la mitad de fichas en el tablero.
Aquí he de reconocer que algunos capítulos, sobretodo de Daenerys eran un poco coñazo. Pero, en aras de dotar a la historia de una verosimilitud creíble, pienso que eran necesarios. Así, aunque nos aburra un poco, tendremos que soportar estoicamente los problemas de la kaleshi para gobernar su recien adquirida Meereen.
A los dos tercios de libro, la trama alcanza el final de Festín y, a partir de entonces, la historia avanza en el tiempo: ha llegado el invierno y las cosas no están en el mejor momento en Poniente.
A partir de aquí, el libro toma un ritmo más intenso, que se acelera a medida que avanzamos las páginas, y que nada tienen que envidiar a Tormenta en sus últimos capítulos, donde más de uno habría estampado el libro contra la pared si no fuera por la pasta que costaba. Dudo que a nadie deje indiferente.
Ahora solo queda rogar a los antiguos dioses y a los nuevos para que Vientos de Invierno llegue pronto a las librerías y podamos disfrutar de nuevo con la grandísima saga.
Mi valoración:
Y claro, una vez en mis manos, pues a devorarlo página a página. Danza de dragones es contemporáneo en el tiempo a Festín de Cuervos, por lo que se podía presumir que, si en el anterior libro Martin se encargaba de colocar en el tablero las fichas blancas, en este tomo se dedicaría a posicionar las negras.
Así es. Poco a poco (quizás demasiado para algunos), los personajes que no salieron en el primer libro siguen su propia evolución a raiz de los acontecimientos pasados. A partir del fantástico prólogo con Varamyr, la prole de personajes a los que habíamos perdido la pista empieza a moverse.
Ésto nos permite saber bastante más sobre el Este y las ciudades libres, tan solo mencionadas en los libros anteriores, pero no descritas. Recuperamos a personajes como Theon y Tyrion, y disfrutamos con Jon y Arya. Además, y en modo comedido, aparecen nuevos personajes que pueden dar un giro de vuelta a la historia.
Al igual que en Festín de cuervos, la mayor parte del libro no destaca por una épica colosal, como Tormenta de Espadas, sino que discurre en base a una trama más política y evolutiva que otra cosa. Pero es que como hemos dicho antes, faltan la mitad de fichas en el tablero.
Aquí he de reconocer que algunos capítulos, sobretodo de Daenerys eran un poco coñazo. Pero, en aras de dotar a la historia de una verosimilitud creíble, pienso que eran necesarios. Así, aunque nos aburra un poco, tendremos que soportar estoicamente los problemas de la kaleshi para gobernar su recien adquirida Meereen.
A los dos tercios de libro, la trama alcanza el final de Festín y, a partir de entonces, la historia avanza en el tiempo: ha llegado el invierno y las cosas no están en el mejor momento en Poniente.
A partir de aquí, el libro toma un ritmo más intenso, que se acelera a medida que avanzamos las páginas, y que nada tienen que envidiar a Tormenta en sus últimos capítulos, donde más de uno habría estampado el libro contra la pared si no fuera por la pasta que costaba. Dudo que a nadie deje indiferente.
Ahora solo queda rogar a los antiguos dioses y a los nuevos para que Vientos de Invierno llegue pronto a las librerías y podamos disfrutar de nuevo con la grandísima saga.
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