octubre 05, 2011
Por Rul y Mel0
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Retomemos nuestro parecer literario de las últimas obras que vamos leyendo allá donde podemos...
Hace ya algunas semanas que acabé (por fin) el cuarto tomo de la exitosa saga de Auel. En primer lugar, creo que el título esta equivocado. En mi humilde opinión, este libro debería haberse titulado "Las Llanuras del Tedio". Si de algo hace gala esta entrega, es de ser un tostón de cuidado. El ritmo de la narración es soporífero durante más de 500 páginas y Auel da al traste con algo que consiguió en los anteriores volúmenes y que para mí fue el gancho a esta fantástica saga: enseñar divirtiendo.
El libro narra el viaje de Ayla y Jondalar hasta la tierra de los Zelandonii y, verdaderamente, lo hace con todo detalle, lo que implica que el libro sea tan monótono que aburre. Uno deseaba una nueva de esas escena caramelo-eróticas de las que esta plagada la saga, para poder adelantar con una lectura en oblicuo algunas páginas. Para cuando Auel se da cuenta de que llevamos mas de 200 páginas dormidos, nos entrega una serie de subtramas infantiles, en exceso preparadas y tan poco creíbles, que parece que nos quiera tomar el pelo. Evidentemente, SuperAyla sale de ellas sin despeinarse, quitando toda la fuerza a ese gran personaje que siempre estaba debatiendo entre lo correcto, lo incorrecto, la costumbre y la rebeldía.
No merece mucho más este tomo, sino pensar que ha sido un desliz de la autora, presionada por no sé que oscuras fuerzas editoriales. La saga goza de una gran estima por parte del público y su nueva entrega, "La Tierra de las Cuevas Pintadas", ha tenido una gran aceptación, como era previsible. De momento pienso dejar una considerable pausa si es que finalmente me decido a seguir con la historia.